9 jun 2008

Otro rollo

Al hilo de la entrada sobre la mujer perfecta me comentaba una amiga después de haberla leído que le había encantado, especialmente por las fotos. En realidad era algo que tenia claro, lo de que le iba a gustar digo. Es más, cuando seleccionaba las fotos, creo que inconscientemente las escogí para que ella me diera la enhorabuena y tenía claro que las de Pilar Rubio y Kira Miró le iban a gustar más que ninguna otra. A todo esto tengo que decir que sí, que he dicho unA amigA, en femenino singular. Como ya he dicho en alguna que otra ocasión tengo más amigas lesbianas que heterosexuales y en algunos casos es algo más que una simple amistad. Para todo aquél que pueda pensar que yo, como todo hombre que se precie, tengo el sueño de poder asistir a un lésbico en directo y participar de él, os tengo que informar, mentes calenturientas, que os equivocáis de cabo a rabo, ya que los lésbicos a mí, pues ni fu ni fa, ni chicha ni limoná, porque primero ya me conformaría con satisfacer a una como para tener que calentarme la cabeza complaciendo a dos a la vez. Además, con dos fijo que pasaban de mí para pasárselo bien entre ellas, y para no poder participar con todas las consecuencias pues no me caliento. Si cuando os digo que muy normal no soy…

Lo cierto es que el día que se decidió a decirme que compartíamos gustos podría decir que no me sorprendí, era como si me lo esperase hacía tiempo. Claro que me esperaba o que saliera del armario o que se me declarase, porque llevaba una temporada rarísima conmigo y no sabía exactamente por donde iba a salirme. Aquella confesión se enmarcó en lo que más adelante denominamos como la Semana Fantástica, por una serie de acontecimientos, relacionados todos con la misma temática, y para ella sirvió como catarsis. Era como si después de varios años encadenada hubiese podido soltarse y correr libre. Lo que se dice quitarse un peso de encima, vamos. Decía que antes de que ella confesara si gusto por las hembras de homo sapiens igual que yo, creía también que podía declarárseme. La cosa está en que antes de que aquella bomba saliera a la luz llevaba yo algún tiempo picándola con su posible homosexualidad aún encubierta y a ella no le sentaba muy bien del todo. Son muchos años los que nos conocemos y de ese tema prácticamente nunca habíamos hablado. Sabía que había tenido algún novio (que más adelante también salió del armario, como lo de Chelo García Cortés y José Manuel Parada, vamos), y, según ella, por aquél entonces le gustaba un chico. Pero como le sentaba mal que le dijera que tenía aspecto de gustarle las tortillas (la anécdota de la tortilla, que dejó de comer durante dos meses, mejor que la cuente ella…), pues llegué a pensar que era yo el que le gustaba. Es más, nuestras respectivas madres también pensaban que estábamos juntos. Incluso aún existe una apuesta por ahí sobre nuestra futura relación sentimental; desde entonces tengo la sensación de que tenía que haber apostado en aquella porra y me hubiese hecho de oro…

Luego ya vino la confesión al resto de gente que tenía que saberlo. Su hermana fue la primera del lote. Luego llegaron algunas amigas más y compañeros de trabajo. Y para rematarlo su primera novia (sólo diré de esta relación que aún me debe un par de favores que no me cobraré jamás). Y el primer desengaño amoroso, de esos de no querer salir de casa para nada y pasarse el día llorando. Y recuperarse por primera vez del primer desengaño amoroso, que, aunque le ha costado bastante, ahora mismo parece un tío. No por su aspecto físico, que va, sino por su líbido desbocada. Y es que ir por la calle con ella es flipar en colorines: yo jamás me había fijado tanto en culos femeninos como cuando voy con ella, por no hablar de las discusiones sobre la orientación sexual de las mujeres con las que nos cruzamos, que contamos a las lesbianas que nos vamos encontrando, porque ella tiene un radar muy fino que las detecta allá donde vaya. Esto es lo mejor de ir con ella, te avisa de con quien no tienes nada que rascar por más que lo intentes. Y lo mejor es que acierta…

Porque ella es así, con su genio y su carácter. Porque así es mi “hermanita".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

a ver brus, la semana fantastica, fue mucha telaaaa! jajajaja un beso, angy!

Anónimo dijo...

jajajajaja