18 jul 2009

Silencios cómodos

- ...
- Vaya, vaya. Así que ahora es él quien no piensa hablar, ¿cierto?
- ...
- Parece ser.
- ...
- Mejor. A ver si así deja de tocar los cojones durante una temporada, que ya está bien...
- ...
- Dice que te vayas a la mierda y te reboces con deleite en ella...
- Pero, ¿no decías que no hablaba?
- Y no habla. Pero entre que su cara refleja perfectamente lo que pasa por su cabeza y que de repente he desarrollado un poder telepático como el profesor Xavier, pues le voy pillando cosas.
- ...
- Ahora dice que a ver si yo te acompaño a zurrir mierdas con un látigo...
- Pues no sé por qué se pone así, la verdad. Se veía venir. Además el sábado nos lo pasamos bien, ¿no?
- ...
- Dice que miraste a una chica a los ojos durante más de dos minutos seguidos y eso que te había advertido.
- Ya. ¿Y qué? ¿Acaso no voy a poder mirar a cuantas chicas se crucen por mi camino?
- ...
- Dice que mirar está bien, pero por lo menos no te fijes en una a la que le van las tías...
- Ni que le fuera a pedir matrimonio. Además ya sé que ligar con ella es tan imposible como ver calidad televisiva en Telecinco. Pero tiene su punto...
- ...
- No voy a repetirte lo que acaba de decir, pero menos bonico te ha dicho de todo.
- Si en verdad yo le comprendo. Como nunca le han correspondido se tiene que desahogar de alguna manera.
- ...
- Dice que eso es culpa tuya por mirar objetivos imposibles, que él sólo es una mandado y que si el jefe no fuera menos previsor que el Pocero, que se pone a construir en medio del desierto donde ni dios piensa vivir, otro gallo cantaría.
- Ya, pero él es quien se emociona enseguida cuando una chica me habla. Que él es el que rápidamente se pone a mover el rabo como perrillo sin amo.
- ¿Me llamabais?
- ¡Qué oído tan fino tienes cuando te apetece, cabrón!
- Sí, bueno, es que pasaba por aquí y no he podido evitar oíros.
- No será a éste, que sólo le entiendo yo.
- ¿Ya está otra vez? Pues mira que yo debería tener muchos más motivos, que el sábado me volví a quedar en casa.
- No empieces con esas que ya sabes que saldrás cuando toque.
- Si lo que tú quieras, a mí ya me da igual. Pero no te olvides de que estoy aquí, que últimamente ya no juegas conmigo...
- Pareces un crío de tres años reclamando cariño.
- ¿Te estás metiendo con mi tamaño?
- Para nada, hombre. Para lo que haces es más que suficiente.
- Mejor di "para lo que me dejan hacer". Que yo sólo soy un mandado.
- Otro que tal baila...
- Y cuando el jefe quiere ahí estoy yo dando el callo...
- O provocándolos en las manos...
- Eso se llama "daños colaterales", chaval, y no es culpa mía. La naturaleza, que es así de cruel con los seres humanos.
- ...
- Dice éste que a ver si te operan de una puta vez y se les escapa el bisturí.
- Dile que no le escupo porque no me apetece.
- No te preocupes que sordo no está, simplemente ha decidido ponerse en huelga de comunicación.
- Pues que le den por culo, que con la de clientes gays que están entrando últimamente a la tienda alguno se ofrecerá...
- Y mira que el último tenía aspecto de girarme la cabeza del revés si me daba una hostia, pero que vocecilla tenía...
- Y que andares...
- ¿Y el "chao" que dijo al salir?
- ...
- Dice que a ver si os estáis amariconando también vosotros que él tiene muy claro que le gustan las tías. Y yo también.
- Y yo, por supuesto.
- ...
- ¿Tú no dices nada?
- Es que en tiempo de guerra todo agujero es trinchera...
- Pues lo que tú quieras, pero a mis soldaditos los mando a una misión aunque sea suicida, pero no a perderse por túneles oscuros y malolientes.
- Ya, pero...
- Ni pero, ni pera. Ya llegará tu momento.Y será con una hembra. Y, a ser posible, humana...
- Eso, pero no descartemos todavía a klingons ni a vulcanas.
- Vulcanas no que tienen que ser unas sosas de cuidado en la cama. Pero una klingon tiene que tener su morbillo arañando con esas uñas y esa fuerza...
- ¿Lo veis? Ya lo habéis conseguido. Ahora ya no me puedo agachar...
- ...
- Dice que sigamos haciendo el tonto y a la próxima tía que pase por la puerta de la tienda le entra allí mismo y sin miramientos. Y si nos denuncia por acoso, que nos jodamos...
- No hay huevos...
- ¿Qué no hay huevos?

CONTINUARÁ

16 jul 2009

Asco de vida

Lapidario. Sentenciante. Un título digno de un contenido que no sería capaz de expresar en los términos en que parece presentarse. Tranquilos, aún no me ha dado por suicidarme, ni tan siquiera por coger una semiautomática y ponerme a pegar tiros en la Plaça de Baix. Bueno puede que esto último sí se me haya pasado por la cabeza, pero sólo un poquito. Lo cierto es que mi vida, ahora mismo, aunque con algunas pequeñas espinas, está bastante bien. O al menos está bastante bien si la comparamos con la de algunos de los que dejan retazos de su vida en la página ADV.

Por ejemplo, hoy leía la historia de un chaval al que sus amigos llaman "el Francotirador". Un fiera la criatura, ya que el día que perdió la virginidad y usando condón (como comenta después en otro ADV enviado) dejó a la chica embarazada. O los cornudos y cornudas que se enteran por el típico descuido con el móvil de mandar el mensaje a quien no se debe. O aquellos que son marginados dentro de sus propias familias. Y todo esto demuestra que por muy preparado que estés, si la vida te quiere joder, ten por seguro que lo hará. No es una cuestión del destino traidor, no, es que la naturaleza es impredecible y bastante japuta. Pero ella no tiene la culpa de ser rebelde, es que el mundo la ha hecho así.

Y por eso no me quejo. Bueno, no me quejo todo lo que podría quejarme, que mira que tengo motivos. Por ejemplo ayer, que cuando me puse encima de la bascula estaba por fin por debajo de los noventa kilos (ya os había dicho que me había puesto fondoncillo) y viene la mujer que limpia en casa y le dice a Señora Madre que me ve más gordo. A mí que llevo dos semanas cenando una miseria y con las tripas sonándome por las noches, acostumbradas como estaban ellas a esas cenas bestiales repletas de embutidos, quesos y grasas varias. Vale que no hago mucho ejercicio que digamos últimamente, pero tengo la sauna, bueno mi coche. Porque mi coche es una puta sauna, que no tiene aire acondicionado y en dos semanas que llevo trabajando no he podido dejarlo ni un día a la sombra, ya que aparcar en el centro de Elche a las nueve y media de la mañana es una misión imposible y me tengo que tirar más de media hora buscando aparcamiento hasta que alguien de repente abandona el suyo a diez manzanas de mi trabajo y cuando me faltan menos de dos minutos para entrar a trabajar. Y que, como ya he dicho, jamás consigo aparcarlo en un lugar en el que le roce una misera sombra, y cuando vuelvo al coche, caminando otra vez las diez manzanas de vuelta a las dos y media de la tarde bajo un sol que no lo soportarían ni los alacranes del desierto del Sahara, debo dejar las puertas abiertas dos minutos para que , por lo menos, los cristales de las gafas no se me empañen al entrar. Un coche que, por cierto, ha pasado por el mecánico dos veces en las dos semanas que estoy trabajando, la primera vez porque se me había roto el elevalunas eléctrico, porque como no tengo aire acondicionado no me queda más remedio que bajar las ventanillas, y la otra, que aún está el coche en el taller, porque el otro día aparcando me cargué el filtro del aire, que se me enganchó en un bordillo de los que aquí puso algún listo del ayuntamiento para proteger los contenedores de la basura. Y para rematarlo le digo al mecánico que me mire a ver por qué pierde agua y resulta que me tiene que cambiar el radiador entero por uno nuevo y a saber por cuanto me sale la broma; por no hablar de que se me olvidó comentarle que me revise las luces de los frenos que me da la impresión de que no me van demasiado bien. Y por si fuera poco tengo el ordenador con la tarjeta gráfica dando por saco hace cosa de un mes, pero hasta que no cobre no puedo comprarme una nueva porque, por si fuera poco, me he gastado los noventa euros que me quedaban en la cuenta de la caja de ahorros en mi matrícula de la escuela de idiomas, curso que, por otra parte, no sé si podré realizar debido al horario que aún desconozco que tendré en el trabajo una vez se haga efectivo mi traslado a la tienda en la que definitivamente trabajaré, pero donde seguiré teniendo los mismos problemas de aparcamiento y más cuando llegue el mes de septiembre. Y encima de que quiero comprarme una moto para ahorrarme al menos la media hora diaria de aparcar y el combustible que ello conlleva, Señora Madre dice que mejor me compro un coche nuevo con el dinero que aún no tengo y así me deshago del mío en el que me estoy dejando un pastón.

Pero no, apenas tengo motivos para quejarme...

15 jul 2009

Sin sentido y sin visibilidad...

Esta tarde, después de comer, me he quedado traspuesto mientras recordaba todas mis conquistas sentimentales. O, lo que viene a ser lo mismo, me he quedado frito enseguida, porque como ya deberíais saber mi vida sentimental es tan extensa como los bosques en Marte (ahora mañana la Mars Polar Lander descubre vida vegetal en Marte y ya la tenemos liada...).

El duro revés que el destino me deparó la semana pasada haciéndome ver cuan equivocado estaba respecto a la posibilidad de no relación existente de la chica que me gustaba (con lo que me ha costado escribirlo espero que no me hagáis explicar que es un sarcasmo,... mierda...), me ha hecho plantearme si realmente tengo algún grave problema con mi sexto sentido. No, en ocasiones no veo muertos,... ya no,... antes sí, pero ahora no,... bueno, eso ya lo explicaré otro día. Bueno, para explicarme mejor diré que hace algún tiempo tenía un desarrollado sentido de la empatía y calaba bastante rápido a la gente; pero eso era antes. Por lo visto ahora me he vuelto bastante torpe o, como poco, descuidado en lo que a mi empatía se refiere. Antes podía saber cuando una chica se interesaba por mí, lo cual era muy útil si lo que a mi me interesaba era huir por piernas, cosa que tuve que acabar haciendo en unas tres ocasiones, la última vez a toda mecha, dada la insistencia de ciertos elementos subversivos que me animaban a que me lanzara a por ella. M aún se debe estar partiendo la caja...

Recuerdo ahora también nítidamente el primer beso que me dio una chica. Yo tenía unos 10 años, ella se acercó rápido a mí en las escaleras del colegio y me plantó un beso en los morros. Y mi reacción fue mandarla, literalmente, a la mierda; exactamente dije "ojala te mueras", pero a esa edad es lo primero que se te ocurre. Algo así como el "contigo no, bicho", pero sin sexo y con menores de edad. Creo que ese momento me marcó de por vida, pero para mal, claro. Además, a mí quien me gustaba era Eva, que llevaba coletitas y no ésta, cuya relación con la ducha era decirse "hola, ¿qué tal?" y poco más. Y para colmo los compañeros de clase, crueles como cualquier niño a esa edad, empezaron a decir que si éramos novios, que si patatín, que si patatán. Y no me digáis que le tendría que haber dado una oportunidad, porque eso no hubiera entrado jamás en mis planes.

Pero volviendo al tema, el problema está en que ya no soy capaz de detectar el interés o su falta en el lenguaje corporal, los miradas esquivas cuando se cruzan, ciertos gestos, ciertos comentarios, etc. Antes mi radar funcionaba con precisión milimétrica, casi tan preciso como el lesradar de A, pero en los últimos años falla como una escopeta de feria. No sé si es que no he pasado alguna revisión obligatoria, tipo Inspección Técnica de Sextos Sentidos, o algo así, pero tengo que recuperarlo. Tengo un motivo, uno poderosísimo como pocos, uno que todo mortal comprendería, aceptaría y acataría sin miramientos: dentro de un año y dos meses tengo la boda de mi mejor amigo y no puedo acudir solo. Mira que me costaba imaginarme a M casado, pero hay que reconocer que M's lo ha cazado pero bien. No sólo eso, sino que M's ya tiene una candidata elegida para mí, aunque no sé si su radar será mejor que el mío, porque de su gusto en la elección no voy a dudar ni un segundo...

P.D.: De todos modos me tenéis que pasar "El Método" M&M's, más que nada por si acaso...

9 jul 2009

Recomponiendo líneas...

- ♪ ...que ya estaba hasta las tetas de poetas de bragueta y revolcón...♫
- Vaya cambio de repertorio. ¿Y eso?
- Pues nada, que resulta que las puertas están cerradas.
- ¿Y no hay ventanas abiertas?
- No me gustan los allanamientos de morada, la verdad.
- Pero a veces es necesario un asalto para conseguir los objetivos.
- ¿Seguimos hablando de nuestra situación sentimental o de cómo mejorar mis ingresos económicos de una forma rápida e ilícita?
- Si estuviera hablando de tus ingresos te diría que te metieras a político, a ver si te regalan trajes.
- Déjalo, que me conformo con los tres que tengo y que me pongo de uvas a peras.
- Pues también es verdad, que ya podrías ponértelos de vez en cuando.
- ¿Ahora hablamos de mi aspecto?
- No sé de qué estábamos hablando, así que...
- ¡Que no tengo dónde rascar bola! ¡Puto mundo injusto de mierda!
- ¿Te noto algo tenso?
- ¡Vete a tomar po'l culo!
- Algo no, bastante.
- Si ya sabía yo que al final naranjas. Tendrías que hacerme caso, que para eso tengo un poco más de conocimiento...
- Sí, y un complejo de inferioridad del quince, mamonazo...
- No te tengo en cuenta los insultos, porque sé que no lo sientes de verdad.
- ¡Qué te operen mil veces de forma innecesaria y se te infecten todos los puntos a la vez!
- Yo lo noto un pelín cabreadillo.
- Déjalo, este sábado se le pasará.
- ¡Cómo vuelvas a mirar a una tía más de dos segundos seguidos a los ojos te empiezo a dar hostias y no acabo hasta que no empiece a oír los huesos de tu puto cráneo partiéndose en mil pedazos!
- A ver, que una cosa te quede clarita, haré lo que me salga de los huevos, ¿entendido?
- Eso, eso. Y a ver si es verdad.
- Ahora no te metas, que me lo desinquietas.
- Y sin haberlo deseado te ha salido un pareado.
- Mi vena artística que vuelve. Siempre se ha dicho que los grandes potenciadores del arte son la enfermedad, el cautiverio y el desamor.
- Entonces nunca debiste perder la inspiración, ¡puto enfermo solitario!
- Venga, hombre, no merece la pena ponerse así. Era algo totalmente esperable. Una chica así tenía que estar ya cogida por narices.
- Además, hay más peces en el mar...
- Te daría una charla sobre la progresiva desertificación de los océanos de la Tierra, pero supongo que no entenderías una mierda, maldito tarado chaquetero.
- Tú soportarás sus insultos, pero la próxima vez que se meta conmigo le arranco la lengua con un pelacables.
- Tú tranquilo, que este sábado ni se acuerda...
- Mientras que a mí me vayas sacando de paseo...

CONTINUARÁ.