30 jun 2008

Pudimos

Pues sí, pudimos. Al final va a ser que los creativos de Cuatro tienen poderes de precognición y vieron que Torres marcaría el gol de la victoria desde hace cosa de mes y medio. Claro que también puede que tuvieran suerte a la hora de escoger el lema más escueto y directo que pudieron.

Tengo que afirmar que hoy la originalidad brilla por su ausencia en la blogosfera hispana y todos los que ya se han levantado de la cama están hablando del mismo tema. Los comprendo. Pero eso es porque para ellos sólo existe el balompié (hoy me pongo regio cervantino y me abstengo de escribirlo en perfidoalbionés castellanizado). Pobres ellos que no supieron disfrutar el verano de 2006 con el Mundial de Baloncesto como lo hicimos en mi casa, con toda la familia frente a la pantalla aquel domingo por la mañana, rezando en el descanso para que Grecia siguiera con su modorra. Pobres aquellos que no recuerdan el Mundial de Balonmano de Túnez, donde la selección española ridiculizó a Croacia en la final con una diferencia de trece goles. Lást
ima que olviden que dominamos, sin oposición en todo el mundo, en Hockey sobre patines y que en su homónima sobre hierba acumulamos unos cuantos títulos tanto en categoría masculina como femenina. También olvidan que en Waterpolo son varias las preseas que han obtenido nuestros seleccionados. Incluso es una lástima que olviden que la misma selección de fútbol fue campeona en Barcelona 92 en la final contra Polonia, con Guardiola, Kiko, Ferrer, Sergi, Toni y compañía. La memoria histórica está claro que sólo acompaña al balompié, y no siempre tampoco...

Aún y con eso debo decir que celebré la victoria. No porque ganara España, ya que a mí las banderas me dicen poco y para mí sólo existe una bandera (esta), sino porque ganó el equipo que mejor había jugado hasta el momento: una defensa sin fisuras, a pesar de Sergio Ramos (es que no puedo con él, lo siento), un centro del campo pequeñito pero matón (Xavi inconmensurable, Senna tremendo, Iniesta, que sólo le faltó el premio del gol y Cesc magnífico) y una delantera acojonante, incluido Güiza, aunque el pobre tiene siempre mala cara. ¿Será de pensar que a su mujer se la pueden haber tirado varios de sus compañeros de selección? Puede...

Y ahora toca olvidarse por unos días que tenemos que pagar hipotecas, que la gasolina está por las nubes, que los precios no dejan de subir y los sueldos no dejan de no subir. También toca olvidar ciertos gestos de algunos que se olvidan que no deja de ser un deporte y estuvieron insultando a los alemanes mientras sonaba su himno (pasó en Elche, donde un grupo de niñatos, otra cosa no se puede decir de ellos, se dedicaron a insultar a un pequeño grupo de alemanes mientras sonaban los himnos),algunos que le gusta mezclar deporte y política, de todo signo y condición, y cierta bandera con pollo que vi y que me entraron unas tremendas ganas de empaparla en alcohol y hacérsela tragar al pequeño capullo, que no creo que sepa muy bien que significa esa bandera, para después prenderle mecha; suerte que no soy violento que si no...

Por cierto esta fue la panorámica que pude ver anoche:


El ayuntamiento de Elche que se portó y nos puso la pantallita en el párking de la universidad.

28 jun 2008

Sordera selectiva

Tengo claro desde hace algunos años que el día de mañana me quedaré sordo. Es una mera cuestión genética: mi bisabuela estaba sorda, mi abuela estaba sorda y mi padre está sordo. Y con sonotone en uno de los oídos porque la cosa es grave. Anoche mismo, sin ir más lejos, me levanté para cerrar a la perra, porque la muy hija de... perra se pasa las noches de serenata, y aproveché para beber un par de litros de agua que necesitaba recuperar líquidos. Mi progenitor se levantó de la cama, sin el sonotone, y me preguntó que estaba haciendo; creo que le tuve que responder tres veces la pregunta hasta que se volvió a la cama con cara de circunstancias, o lo que es lo mismo, sin haberse enterado de lo que le decía.

Yo no le ando a la zaga, la verdad. Ya noto hace tiempo que no oigo como el MVE manda. Pongo la radio del coche a todo volumen (claro que para oír a Marea mejor ponerla a todo volumen), la tele de la cocina también va cada día un poquito más alta, me cuesta despertarme cuando suena el teléfono (aunque esto es una ventaja, porque era algo que me jodía muchísimo) y hay cosas que no oigo. O que prefiero no oír, que también es posible. Aunque esto no me pasa sólo a mí en mi casa. Señora madre es una maestra...

Ayer por la tarde me dio, sorprendentemente incluso para mí, por hacer algo de ejercicio. Después de 25 minutos de stepper (2700 pasos contabilizados, vamos mejorando) y justo cuando me disponía a hacer unas series de flexiones suena el teléfono. Señora madre al aparato:

- Nene, baja a la nevera a ver si hay yogures naturales.

En esos momentos yo parecía una sopa de mí mismo debido a dos factores importantes: el ejercicio físico realizado hasta ese momento y el hecho fundamental de haberlo realizado en mi habitación, más conocida como "la sauna foiera". Ya os explicaré en otro momento lo de "foiero" porque entiendo que mucha gente necesitará que les explique que significa, pero, ante todo, connotaciones sexuales las justas, malpensaos, que tenéis la mente sucia... Como os decía iba más mojado que Cytherea (no esperéis que enlace su web, mentes sucias...) después de trabajar media hora, así que le respondo a señora madre:

- Señora madre, en este preciso instante ando bastante empapado en secreción sudatoria y de mis extremidades precipitan sin control acumulaciones líquidas de dichas secreciones hacia el impoluto lugar de reposo de nuestros pies, por lo que voy, desgraciadamente, a dejarlo todo bastante lamparonoso y sucio. - aunque creo que realmente le dije:- Maaaaaaa, que voy to sudao y voy a guarrear tol suelo... - sí, creo que dije algo así, más o menos.

Respuesta de señora madre, que claramente no acabó de entender lo que le acababa de decir:

- ¿Qué dices que qué?
- Que acabo de hacer ejercicio y voy muy sudado y lo voy a dejar todo hecho un asco.
- Da igual. Ves y mira si hay dos yogures naturales que esta noche se queda tu sobrina a dormir.
- Bueno, vale, de acuerdo.

Bajar las escaleras, abrir la nevera, buscar los yogures, vale hay cuatro, cerrar la nevera, subir las escaleras, respirar, porque me faltaba el aire, responder a señora madre:

- Quedan cuatro.
- Vale.

La conversación ha continuado esta mañana, claro, después de que sobrina, que mona ella, me haya despertado como una media hora antes de lo que mi despertador marcaba que debía despertarme. Tampoco es que eso me importe demasiado, ya estoy acostumbrado la verdad. Señora madre en la cocina, después de ver mi torso desnudo, cosas del calor, me comenta:

- ¿Ayer te fuiste a la playa por la tarde?

La verdad es que me ha dejado un poco fuera de juego, más que nada porque no es que estuviera tremendamente moreno, ya que sólo tengo negros los brazos mientras el resto del cuerpo es de un lechal que acojona, así que he tenido que pensar la respuesta:

- No, ¿por? - sí, pienso mucho y digo poco. Economía del lenguaje que dicen...
- No como me dijiste por teléfono que te habías ido a correr, pues pensaba que te habías ido a la playa. - La aplicación de la lógica de señora madre es impactante, más que nada porque hace como unos o más años que no corro por la playa.
- Te dije que estaba sudando como un cerdo porque estaba haciendo ejercicio, así que no puede ser que viniera corriendo - digamos que la playa la tengo como a diez kilómetros de casa. - Estaba haciendo ejercicio con el stepper.
- Ah, con la cinta de caminar. - Que alguien me diga de donde supuso señora madre que yo había dicho "cinta de caminar", porque yo no soy capaz de entenderlo...
- No, mamá, stepper, el que es como subir escaleras. - He tenido que hacer esa aclaración o la pobre no lo pilla. - Yo con la cinta de caminar no sudo me aburro...
- Ah, pues no lo había entendido.
- O no habías escuchado...

Y eso no lo ha escuchado. Manos mal, la verdad, porque si no hubiera tenido follón. Si lo tuve el día que le dije por septuagésimo novena vez que tenía el examen del mitjà al día siguiente, porque me dijo que yo no le había dicho nada. Vamos que no escucha. Señora madre no me entiende. Bueno, una más que más da.

Aunque me estoy enseñando yo a eso de hacerme el sordo. Que gozada...

27 jun 2008

L

Hoy me siento orgulloso de mí mismo. He de reconocer que cuando comencé con el blog no tenía confianza en durar tanto escribiendo chorradas tan a menudo. Sobre todo teniendo en cuenta que he pasado un par de malas rachas que me han hecho plantearme mandarlo todo a la mierda, blog incluido. Por suerte soy más inconstante con las malas que con las buenas rachas y se me pasa pronto. La cosa está en que he llegado a la entrada número 50 y llevo unas 2600 visitas (aunque debería descontar las que corresponden a las publicaciones y las modificaciones de las entradas, pero no se cuantas pueden haber sido); tengo visitas de casi toda España, supongo que gracias a mis comentarios en otros blogs más seguidos que el mío; tengo algunas del resto de Europa, siendo las de Alemania las que más me agradan; tengo visitas de varios países de América latina que me sorprenden, pues jamás me imaginaba llegar a cruzar el charco, aunque la red de redes no deja de ser global, y tengo algunas de los EEUU que me tienen intrigado: señores del FBI, yo no tengo nada que ver con lo del 11-S, lo juró, ese día estaba echando propaganda en Torrevieja...

Y eso teniendo en cuenta que os he debido aburrir lo que no está escrito contándoos los avatares de mi absurda existencia, porque, todo sea dicho, no creo que tenga mucho de interesante la vida de un preingeniero técnico de telecomunicaciones en paro, soltero y virgen con delirios paranoides y un sospechoso principio de esquizofrenia, aunque creo que esto último es por dormir poco. Pero por otra parte el saber que he conseguido llegar hasta aquí y que hay gente que me lee hace crecer mi ego, en mi caso, mi bloguego. Y es que todos los blogueros tenemos nuestro pequeño corazoncito, sin excepción. Seguro que incluso José A. Pérez también se sintió frustrado cuando recibió el primer comentario diciendo que había perdido un lector, claro que leer después los comentarios de Hobbes le tienen que alegrar el día. Yo no tengo esa suerte, claro que si a mí me abandonaran mis escasos lectores tendría antilectores, como la antimateria, y los monólogos sin nadie que los escuche resultan muy tristes. Con esto digo que a ver si la gente me va dejando más comentarios, a ser posible no anónimos (Manu, Almu y compañía, sobre todo, aunque sepa quienes sois)...

Tengo que reconocer que empecé con este blog con el principal ánimo de demostrarme a mí mismo mis capacidades redactoras y, hasta cierto punto, me ha funcionado. Desde hace un par de semanas tengo en mente iniciar una novela. Vale que no es la primera que tengo en mente, pero es la primera que dura en mi cabeza lo suficiente como para llegar a recordar la idea y de la que puedo sacar algo con un mínimo sentido. Ya veremos por donde siguen mis pasos.

Edito: Que no es una despedida. Aún os queda mucho que aguantar de mí...

26 jun 2008

¿Perdedores?

Dice una de las leyes de Murphy que nadie quiere a un perdedor que gana siempre, y así nos va.

Empiezo a escribir esto a falta de unos minutos para que comience la semifinal de la Eurocopa entre Rusia y España. La verdad es que ya me había acostumbrado tanto a que la selección de fútbol se quedara en cuartos que me sorprendió (y emocionó, por qué no decirlo) la clasificación para las semifinales, eliminando a Italia en los penaltis y, de paso, cepillándose años de estadísticas aciagas para la selección patria. Por ejemplo se rompió la estadística que decía que no ganábamos a los trasalpinos en partido oficial desde hacía 88 años (aunque hace cosa de un mes le ganó en un amistoso en Elche) creo que fue en las olimpiadas de Amberes (donde España quedó segunda); también se rompió las estadística de que siempre que España jugaba un 22 de junio quedaba eliminada en los penaltis (en México 86 contra Bélgica, en Inglaterra 96 contra la pérfida Albión y en Japón-Corea 02 contra los anfitriones de los coches baratos de piezas rompibles...), y, además , Luis Aragonés, el simio sabio de Hortaleza, batía el récord histórico de partidos consecutivos y totales ganados por un seleccionador nacional.

Y es que uno ya se había acostumbrado a quedar defraudado. Y eso que las selecciones inferiores tienen tantos títulos que la Duquesa de Alba se ha planteado en alguna ocasión comprarles alguno para su colección. A pesar de que otras selecciones ya tienen sus propios títulos mundiales, como la de Baloncesto o Balonmano, incluso muchas están abonadas al escalón más alto de cualquier podio que les pongan delante, como el Hockey sobre patines, el Waterpolo o el Fútbol sala. A pesar de que siga siendo el deporte más practicado del estado. Pero es llegar la hora de la verdad y fallan como una escopeta de feria.

También dicen las estadísticas que siempre que España juega una semifinal de una Eurocopa llega a la final. También dice Aragonés que el amarillo no le gusta. También le ganó España a Rusia 4-1 en el primer partido de su grupo. Claro, que nosotros tenemos a Sergio Ramos...

Que nos sea leve...

20 jun 2008

Seguimos confesando...

  1. Cuando salgo por cualquier pub o tasca me encanta competir con cualquiera que venga conmigo a averiguar la canción que suena con las primeras notas.
  2. Por cierto, suelo fardar de tener una gran memoria musical.
  3. Especialmente pop español de los 80.
  4. Creo que es lo único para lo que tengo memoria.
  5. Para la música y para la mitología griega.
  6. Sólo pa tontás.
  7. Lloré con el último episodio de Dragon Ball GT.
  8. Una semana antes había cumplido los 18 años.
  9. Me di cuenta de que me había hecho mayor con Goku y compañía.
  10. Con este número Tenemos Manu y yo una anécdota que ya contaré otro día.
  11. Últimamente me da por llorar con casi cualquier película sensiblona.
  12. Lloré con “El Orfanato”.
  13. No por ser mala, que no entraré ahora yo a valorar la calidad de la película, que tampoco es que le sobrara.
  14. Es que ese día estaba muy sensible.
  15. Otra película con la que lloré lo mío fue una de Kevin Kline.
  16. No fue “In&Out”.
  17. Esta no pasa de comedia visible.
  18. Se llamaba “La casa de sus sueños”.
  19. Y salía Anakin Skywalker haciendo de hijo suyo.
  20. No tengo una película favorita.
  21. Ni tampoco un género predilecto.
  22. Aunque he de reconocer que si sale una nave espacial y algo de filosofía me tiene ganado.
  23. Mientras que no salgan Van Damme, Seagal o alguno del lote repartiendo estopa le doy un pequeño margen de confianza.
  24. Me encanta el Manga.
  25. Dragon Ball, Dr. Slump, Evangelion, Fly, Lamu, Detective Conan, Yu Yu Hakusho, Ranma, Naruto, etc.
  26. Pero la que más me marcó fue una que se llamaba “La leyenda de los cuatro reyes”, donde los protagonistas eran cuatro hermanos que se convertían en dragones.
  27. Pero al final todo era el sueño del hermano menor que era un rey mitológico que vivía en la luna con el resto de hermanos.
  28. Menos mal que sólo tenía ocho episodios.
  29. Uno episodio más y me deja loco del todo.
  30. Y siempre me he quedado con ganas de acabar de ver la versión Manga de Street fighter.
  31. Prometía al dejar de verla cuando Cammy intentaba matar al padre de Chun Li, a la postre director de la INTERPOL, descolgándolo de un balcón de un hotel de Barcelona.
  32. Como os decía antes, memoria pa tontás.
  33. De pequeño no me gustaba ir a los recreativos.
  34. Me ponían demasiado nervioso.
  35. Tenía otras formas de divertirme.
  36. Tenía una Game Boy
  37. Me gusta cocinar.
  38. Aunque no lo practico demasiado a menudo.
  39. Me estoy enganchando a los programas concurso de preguntas chorras.
  40. No participo nunca, porque son un timo.
  41. Pero me encanta ver el énfasis que le ponen los presentadores.
  42. Está claro que el mercado laboral debe estar muy mal.
  43. Hay quien hace lo que sea por cuatro chavos.
  44. Por no hablar de la Teletienda.
  45. Mi producto favorito es el plegador de ropa, seguido de cerca por el supercortador de alimentos.
  46. Pero el AeroGarden se cuela con fuerza en los primeros puestos.
  47. Tampoco es que tenga mucho criterio comprador…
  48. Durante un verano trabajé repartiendo propaganda del Carrefour por Guardamar, Torrevieja y otras localidades de la zona.
  49. Físicamente me puse como un toro.
  50. Pero era durísimo.
  51. Especialmente cuando me tocaban las calles pegadas a la playa.
  52. Por no decir que no comía hasta las 5 de la tarde.
  53. Nunca me he roto nada.
  54. Sí he tenido esguinces y luxaciones.
  55. Pero nada grave en exceso.
  56. Nunca he pasado por un quirófano.
  57. Mi cuerpo tiene todas esas partes inútiles que la evolución acabará por eliminar en futuras mutaciones del ser humano: anginas, apéndice, vegetaciones, dedos meñiques, prepucio…
  58. No me gustan los hospitales.
  59. Huelen a enfermedad.
  60. Y me deprimen.
  61. Incluso la planta de maternidad.
  62. Excepto en verano duermo todo el año en la oscuridad más absoluta.
  63. En verano levanto un poco la persiana.
  64. Más que nada para no asfixiarme.
  65. Porque duermo con la puerta cerrada.
  66. Eso todo el año sin excepción.
  67. En invierno soy muy friolero.
  68. Para dormir soy de ponerme pijama gordito, varias mantas y edredón.
  69. Y los calcetines por encima de los camales del pantalón.
  70. En cambio en verano he llegado a dormir en porretas...
  71. Pero los pies deben estar cubiertos por una sábana al menos.
  72. Si no me resfrío.
  73. No me gusta la playa.
  74. Me lo transmitió mi madre por los genes.
  75. Y mi padre hizo el resto provocándome un miedo atroz al mar.
  76. Pensaba que me quitaría el miedo a nadar sumergiéndome a chapuzones.
  77. ¡Qué ingenuo!
  78. Tengo un Polo de segunda mano.
  79. Es otro de los motivos por el que la gente piensa que soy gay.
  80. El Polo es coche "de chicas".
  81. Como el Corolla, el Golf, el Swift, etc.
  82. Por lo menos nadie piensa que conduzco ese coche para suplir "carencias" en otros aspectos.
  83. Como todos pensamos de los que llevan un Hummer, un Cayenne, un Testarrossa, etc.
  84. El último disco que compré original fue uno de Diana Krall para regalar.
  85. El último que compré para mí fue uno de Serrat.
  86. Y de eso hace... o más.
  87. Me gusta Serrat, ¿PASA ALGO?
  88. Igual que me gustan Ismael Serrano, Nach y Marea.
  89. Alguna vez me he planteado participar en los cástings de OT.
  90. Para demostrarme que no soy el que peor canto de España.
  91. Es lo que tiene ser un artista de Karaoke...
  92. El año que viene tengo pensado pasar de jugador a árbitro de baloncesto.
  93. Seguiría jugando, pero ya por puro placer.
  94. Además, los árbitros ganan pasta.
  95. Y eso es algo que a mí no me sobra.
  96. Es lo que se llama una digievolución.
  97. De pequeño jugaba a esconder mis atributos masculinos entre las piernas, como si fuera una chica.
  98. No tengo ni idea de porque lo hacía.
  99. Pero supongo que no soy el único, ¿no?
  100. Y lo que me queda por contar...

19 jun 2008

El lado femenino

Tranquilos que no voy a ponerme a hablar del (¿)disco(?) de Nacho Cano, más que nada porque no me gusta hacer leña del árbol caído, y este hombre anda tan desaparecido (por suerte) como Maddie McCann, y además me gusta la buena música, así que...

De lo que voy a hablar es de algo que me dejé en el aire en la entrada anterior. No os preocupéis que no voy a soltar otras cien cosas nuevas que debéis saber de mí, que eso ya lo dejo para otro día. Iba a explicar la penúltima confesión, porque creo que debo comentarla con más detenimiento. Y es que no se puede dejar caer tan alegremente que uno es una lesbiana encerrada en el cuerpo de un hombre y marcharse de rositas sin dar la más mínima explicación. Para empezar diré que me he pasado prácticamente toda mi vida rodeado de mujeres: tengo dos hermanas mayores; en la catequesis de la primera comunión era el único chico de mi grupo; en el colegio, mientras los chicos iban a jugar al fútbol, yo jugaba al basket con las compañeras de clase; en el instituto tendía a sentarme más cerca de los grupos de chicas que de chicos; en la universidad me sentaba al lado de las únicas chicas que había en mitad de aquel enorme campo de nabos, y por último está lo de ser entrenador de baloncesto femenino. Además añadidle un sentido de la empatía bastante desarrollado, mucha sensibilidad y pluma. Mucha pluma.

Porque, y esto es algo que no lo voy a negar, tengo pluma. Probablemente sea una cuestión derivada de pasarme la vida rodeado de mujeres y al final a uno se le pega todo menos la hermosura, que falta me hace. Pero está ahí. Son gestos, comportamientos y comentarios que, a veces, incluso a mí me sorprenden. Por poner un ejemplo, hoy mismo me he pasado tres cuartos de hora para peinarme, o mejor dicho, decidiendo como peinarme. Además sé diferenciar entre acondicionador y mascarilla, espuma moldeadora y gel fijador, body milk y aceite hidratante; digamos que no es muy normal en un hombre muy hombre. Entre eso y que me depilo podría pasar por un simple metrosexual, claro está, pero es un término que no me define del todo, porque yo no he visitado un gimnasio en mi vida. Lo mío es más profundo. Ya he dicho en alguna ocasión que hasta mi madre piensa que soy gay. pero no es la única: en su momento circuló el rumor entre mis jugadoras de que yo era gay. No negaré que lo comprendí perfectamente, ya que la promoción del rumor vino de la mente vengativa de cierta jugadora a la que ignoré en lo sentimental para fijarme en su amiga que, siendo sinceros, podía no estar tan buena pero era mucho mejor persona. Lo malo es que hay gente que no acepta no ser el centro de atención y le sienta muy mal que lo sean otros. Una lástima de chica...

El otro día me dijo la novia de un amigo, atendiendo a mis explicaciones, que lo que yo soy es "Gayhetero". Me gustan las galletas pero digamos que no entendí muy bien como se escribía la palabra en concreto y por eso pensé lo que no era. Después ya lo cogí, pero tampoco es del todo así. No me va el rollito ambiguo que llevan muchos tíos, más que nada porque sin ni siquiera ponerlo en práctica muchas veces he tenido el problema de ser considerado el mejor amigo de las chicas. Y eso duele, porque ser un pagafantas sin un duro es peligroso. Además hace tiempo me dí cuenta de que lo mío no es la paciencia sentimental y lo de pasarme los días haciendo de hombro de lágrimas de la chica que me gusta ya lo probé hace mucho con inútiles resultados.

Además tengo claro que me gustan las mujeres. Y mucho. Y uno de los motivos de mi miedo al fracaso creo que es el hecho de que me preocuparía más por satisfacer a las mujeres que por obtener mi propio placer, lo cual, de no conseguirlo, me provocaría un trauma, pero como aún no lo he probado mi mente fatalista por naturaleza predetermina que fracasaré y entonces, subconscientemente, evito intentarlo. Empiezo a parecerme a Woody Allen pero sin su fortuna...

De todos modos tengo claro que si fuese mujer sería lesbiana. O puta, que nunca se sabe...

15 jun 2008

Cosas que no sé si ya he dicho, pero si no he dicho antes, ahora las digo: Confesiones.

  1. Como buen Tauro, soy muy cabezón.
  2. Me encanta discutir con quien sea, de lo que sea y cuando sea.
  3. Si llevo la razón me pongo pesadísimo hasta que los demás lo reconocen.
  4. Si no la tengo, también.
  5. Pero de vez en cuando capitulo.
  6. Cada día me gusta más la cerveza.
  7. Y antes me daba náuseas.
  8. Nunca he probado un cigarro.
  9. Tampoco he probado jamás un porro.
  10. Prefiero el olor de la maría al del tabaco convencional.
  11. Algún día tendré que probarla.
  12. Puede que eso sea en el viaje a Amsterdam que algún día, si el dinero me lo permite, pienso hacer.
  13. Pero no pienso dejar que me inviten en el Barrio Rojo, como tienen pensado.
  14. Principalmente porque me parece absurdo tener que pagar por tener sexo.
  15. En todo caso sería cobrando...
  16. Quiero visitar, al menos una vez en la vida, el FICEB.
  17. Y, si se tercia, presentarme a algún cásting.
  18. Y si me cogen cobraría por tener sexo...
  19. Mentiría si dijera que jamás me he planteado mi orientación sexual.
  20. Así que no lo digo.
  21. Porque a mí no me gusta mentir de forma gratuíta.
  22. Lo que no quita que si tuviera que mentir cobrando lo haría.
  23. Pero se me escaparía la risa mientras lo hago...
  24. Los lésbicos empezaron a gustarme cuando alguien comenzó a pasarme vídeos de Shane de la serie "L".
  25. ¡Gracias, hermanita!
  26. El día que descubrí que Kristanna Loken es lesbiana me dí cuenta que el mundo es tremendamente injusto.
  27. Cuando descubrí que estaba saliendo con Michelle Rodríguez alabé su buen gusto.
  28. El de Michelle Rodríguez, claro.
  29. Siempre he sido de izquierdas.
  30. Ahora menos.
  31. Me defino como de "centro-izquierda-progresista".
  32. Lo que en fútbol se denomina "interior izquierda con proyección atacante"...
  33. Vivo por el baloncesto desde los cinco años.
  34. Pero empecé a jugar medio en serio a los 16.
  35. Y en serio del todo a los 22.
  36. Está claro que en esta vida nada es serio...
  37. Odio trabajar en verano.
  38. Especialmente en ciudades con alto porcentaje de turistas.
  39. Es deprimente ver a las chicas en bikini mientras uno está sudando para llevarse una miseria de sueldo.
  40. Tampoco es que encante trabajar el resto del año...
  41. Alguna vez me he planteado cometer el crimen perfecto.
  42. También me he planteado cometer uno menos perfecto.
  43. Para ver el grado de capacidad de los cuerpos de seguridad del estado.
  44. Claro, que también me he planteado formar parte de los cuerpos de seguridad del estado...
  45. Mis primeras fantasías sexuales fueron a los 7 años.
  46. Algunas las recuerdo con toda claridad.
  47. ¡Qué imaginación tenía!
  48. He tenido sueños eróticos con personajes Manga.
  49. Exactamente con Bulma y Chichi.
  50. Tenía 11 años...
  51. Nunca he comprado un condón.
  52. Ni siquiera me han regalado uno en ninguna campaña de concienciación sobre su uso.
  53. Total, iban a acabar caducando...
  54. Me he sentido atraído por algunas de mis jugadoras.
  55. Siempre una vez cumplidos los preceptivos 18 años.
  56. Bueno, en alguna también me he fijado antes...
  57. Pero tampoco demasiado...
  58. Entre Brad Pitt y Camilla Parker Bowles, preferiría enrollarme con Brad Pitt.
  59. Resulta más "femenino".
  60. Es que la zoofilia no me va en absoluto...
  61. He tenido a una mujer desnuda bailando encima de una mesa a menos de un metro de mí.
  62. Tristemente, bailo mejor que ella.
  63. Pero iba bien depilada.
  64. Y me negué a hacerme pasar por el homenajeado.
  65. Luego me arrepentí.
  66. Aunque no era mi tipo.
  67. Me gusta comer bien.
  68. También la buena gastronomía...
  69. No me quiero morir sin probar esta postura.
  70. Tengo miedo a la muerte.
  71. Supongo que será por una cuestión de empirismo científico.
  72. Aunque, aún así, creo en el Más Allá.
  73. Me declaro espiritualmente gnóstico.
  74. Y pienso que tras la muerte "ascendemos" a un estado de vida superior.
  75. Lo que me hace pensar que tengo que dejar de ver Stargate.
  76. Pero me apasiona la ciencia ficción.
  77. En todas sus modalidades.
  78. Lo que me convierte en un tipo más extraño todavía...
  79. Hasta ahora me he enamorado dos veces hasta la médula.
  80. Y nunca me ha ido bien.
  81. Dicen que a la tercera va la vencida.
  82. Y la esperanza es lo último que se pierde.
  83. Lo que quiere decir que antes acabaré perdiendo la cabeza.
  84. Tampoco es que eso sea una novedad para mí...
  85. Lo primero en lo que me fijo en una mujer es en su sonrisa.
  86. Luego en sus ojos.
  87. Después en su voz.
  88. Y después en su escote.
  89. En ese momento estoy perdido.
  90. Porque el cerebro deja de recibir sangre como es debido...
  91. Me depilo con cera o con Silkepil.
  92. Según esté de dinero o de tiempo.
  93. Y me gusta hacerlo.
  94. Encuentro una especie de placer masoquista en ello.
  95. Quien quiera saber hasta donde me depilo no lo va a averiguar preguntando simplemente.
  96. He conducido borracho una sola vez.
  97. No volveré a hacerlo jamás.
  98. Principalmente porque no recuerdo un fragmento de unos siete kilómetros en dicho trayecto...
  99. Me defino como "una lesbiana encerrada en el cuerpo de un hombre".
  100. Pero eso ya lo explicaré otro día.
Inspirado por La Aspirante (Parte1, Parte2)

9 jun 2008

Otro rollo

Al hilo de la entrada sobre la mujer perfecta me comentaba una amiga después de haberla leído que le había encantado, especialmente por las fotos. En realidad era algo que tenia claro, lo de que le iba a gustar digo. Es más, cuando seleccionaba las fotos, creo que inconscientemente las escogí para que ella me diera la enhorabuena y tenía claro que las de Pilar Rubio y Kira Miró le iban a gustar más que ninguna otra. A todo esto tengo que decir que sí, que he dicho unA amigA, en femenino singular. Como ya he dicho en alguna que otra ocasión tengo más amigas lesbianas que heterosexuales y en algunos casos es algo más que una simple amistad. Para todo aquél que pueda pensar que yo, como todo hombre que se precie, tengo el sueño de poder asistir a un lésbico en directo y participar de él, os tengo que informar, mentes calenturientas, que os equivocáis de cabo a rabo, ya que los lésbicos a mí, pues ni fu ni fa, ni chicha ni limoná, porque primero ya me conformaría con satisfacer a una como para tener que calentarme la cabeza complaciendo a dos a la vez. Además, con dos fijo que pasaban de mí para pasárselo bien entre ellas, y para no poder participar con todas las consecuencias pues no me caliento. Si cuando os digo que muy normal no soy…

Lo cierto es que el día que se decidió a decirme que compartíamos gustos podría decir que no me sorprendí, era como si me lo esperase hacía tiempo. Claro que me esperaba o que saliera del armario o que se me declarase, porque llevaba una temporada rarísima conmigo y no sabía exactamente por donde iba a salirme. Aquella confesión se enmarcó en lo que más adelante denominamos como la Semana Fantástica, por una serie de acontecimientos, relacionados todos con la misma temática, y para ella sirvió como catarsis. Era como si después de varios años encadenada hubiese podido soltarse y correr libre. Lo que se dice quitarse un peso de encima, vamos. Decía que antes de que ella confesara si gusto por las hembras de homo sapiens igual que yo, creía también que podía declarárseme. La cosa está en que antes de que aquella bomba saliera a la luz llevaba yo algún tiempo picándola con su posible homosexualidad aún encubierta y a ella no le sentaba muy bien del todo. Son muchos años los que nos conocemos y de ese tema prácticamente nunca habíamos hablado. Sabía que había tenido algún novio (que más adelante también salió del armario, como lo de Chelo García Cortés y José Manuel Parada, vamos), y, según ella, por aquél entonces le gustaba un chico. Pero como le sentaba mal que le dijera que tenía aspecto de gustarle las tortillas (la anécdota de la tortilla, que dejó de comer durante dos meses, mejor que la cuente ella…), pues llegué a pensar que era yo el que le gustaba. Es más, nuestras respectivas madres también pensaban que estábamos juntos. Incluso aún existe una apuesta por ahí sobre nuestra futura relación sentimental; desde entonces tengo la sensación de que tenía que haber apostado en aquella porra y me hubiese hecho de oro…

Luego ya vino la confesión al resto de gente que tenía que saberlo. Su hermana fue la primera del lote. Luego llegaron algunas amigas más y compañeros de trabajo. Y para rematarlo su primera novia (sólo diré de esta relación que aún me debe un par de favores que no me cobraré jamás). Y el primer desengaño amoroso, de esos de no querer salir de casa para nada y pasarse el día llorando. Y recuperarse por primera vez del primer desengaño amoroso, que, aunque le ha costado bastante, ahora mismo parece un tío. No por su aspecto físico, que va, sino por su líbido desbocada. Y es que ir por la calle con ella es flipar en colorines: yo jamás me había fijado tanto en culos femeninos como cuando voy con ella, por no hablar de las discusiones sobre la orientación sexual de las mujeres con las que nos cruzamos, que contamos a las lesbianas que nos vamos encontrando, porque ella tiene un radar muy fino que las detecta allá donde vaya. Esto es lo mejor de ir con ella, te avisa de con quien no tienes nada que rascar por más que lo intentes. Y lo mejor es que acierta…

Porque ella es así, con su genio y su carácter. Porque así es mi “hermanita".

7 jun 2008

Erotismo ilustrado

Hoy voy a hablaros de algo que aún no había tenido oportunidad de comentar aquí. Hoy voy a hablaros de mi primera vez. Los más optimistas ya estaréis dando palmas, lanzando vítores, incluso alguno que otro, porque no decirlo, puede que esté llorando de emoción. Los no tan optimistas, o realistas mejor dicho, habrán exclamado un clarísimo "¡Anda ya!". Los que me conocen más, sencillamente, saben de lo que hablo. No os alarméis que no hay motivo, bueno, al menos, no hay motivo justificado. Para empezar diré que aún soy tristemente virgen, cosa que dejó de ser una novedad hace muchísimo tiempo, pero, y ésta creo que es realmente la novedad, ya sé porque sigo siéndolo. Se unen algunos motivos fundamentales. A saber:
  1. Soy pobre. Eso no es sólo cosa mía, lo reconozco, pero como siempre dice mi madre, "Els diners i els collons són per a les ocasions". No creo que haga mucha falta traducirlo, la verdad, pero para este caso implica que ni puedo pagar por sexo ni puedo atraer a absurdas superficiales que se sientan atraídas por el enorme poder sexual de mi billetera. Vamos, que en mi caso tendría que ser sexo con algo de amor.
  2. Soy tímido. Y muchos diréis que como puedo afirmar algo así y a la vez estar comentando un tema como tal tan alegremente. Es lo que yo llamo el diferido ciberespacial. Aquí me veis a través de lo que escribo, pero en directo pierdo mucho. A ver si lo explico. Pensad en Ferran Adrià, un genio de la cocina, un adalid de la gastronomía moderna, pero ¿lo habéis oído hablar en directo? Sólo Quim Monzó se traba tanto como él al hablar y casi tienen los mismos tics. Pues a mí me pasa algo parecido, me trabo, sudo en exceso, me vienen retortijones de estómago. Vamos, que me hundo y como no me apetece acabar como el Titanic pues ni lo intento.
  3. Soy gilipollas. Vaya novedad. Sí, claro, conciso y directo. Soy gilipollas en grado sumo. Pero no soy un gilipollas en plan cabrón, que va; si fuera uno de esos tendría a muchas babeando detrás de mí, porque a muchas les va ese rollo. Lo mío es más ser gilipollas en cuanto a la practicidad del término. Pongamos un ejemplo para que os hagáis a la idea: noche de sábado de marcha en uno cualquiera de nuestros garitos habituales, mujeres que vienen y que van, que pasan por delante de nosotros, algunas que nos miran, incluso algunas que podríamos pensar que les interesamos. ¿Sabéis cuantas veces he conocido a alguna así? Ninguna. No hay más preguntas, señoría; señores del jurado, el veredicto es obvio.
  4. Soy un romántico. Esto viene a colación de la primera de las razones y viene a completar la última frase que decía. Realmente no es que tenga que haber algo de sentimiento, es que para mí es algo fundamental. Un amigo me decía un día la diferencia enorme que había encontrado entre hacerlo por hacerlo con la primera que encontraba y hacerlo con una novia, y afirmaba que lo disfrutaba muchísimo más con la novia-, también hay que decir de él que afirmaba que pajearse está bien, pero follando se conoce gente. Todo un personaje. Claro que hay gente que también cambia de opinión con el tiempo y con las circunstancias, como mi mejor amiga (de la que pronto hablaré aquí mismo en otro post), que primero afirmaba que si lo hacía con la primera que pasase me mataba y esparcía mis restos por el monte, y un año después afirmaba que con quien y cuando fuera daba igual. Es lo que tiene haberlo probado, que te cambia el punto de vista.

La cosa está en que como decía soy un romántico y, como tal, tengo una idea bastante definida de como me gustaría que fuese mi primera vez. Y como tengo una imaginación extrema, y más para estos asuntos, sobre todo teniendo en cuenta que ya tenía mis primeras fantasías sexuales a los siete añitos y también mis primeros tocamie... estooooooo, que seguimos con el tema que si no me pierdo y cuento lo que no toca. Así que mejor os explico como me gustaría que fuese esa primera vez (no recomendable para menores de 16 años...). Es algo largo, pero bueno:

«Diana Krall, Norah Jones y Barry White empiezan a hacer efecto. O tal vez sea el vino blanco que acompañaba la cena. Pero está claro que funciona porque ella empieza a juguetear con sus dedos en mi pelo. Merece la pena haberme pasado toda la tarde preparando la cena y haberlo dejado todo a punto para cuando ella ha llegado, preciosa como siempre, a la puerta de mi casa, vestida con una camiseta y una falda que le sientan como el mejor traje de noche. Se ha sorprendido de ver la cena preparada ya que esperaba que fueran unas pizzas, para luego irnos a tomar algo por ahí. El postre le ha encantado, o eso me dice mientras hablamos de que le gustan estos detalles por sorpresa. No está acostumbrada a que ningún chico se haya tomado tantas molestias por ella y ha conocido a unos cuantos. No me importa, ahora está conmigo. Me encanta como sonríe cuando digo alguna tontería, y como me mira con sus dulces ojitos mientras desabrocha el primer botón de mi camisa. Suelto el recogido que llevaba en el pelo mientras ella se ruboriza por no poner ninguna traba a mis movimientos. De repente se levanta porque cree que ha sonado su móvil y puede que alguno de los amigos con los que habíamos quedado nos estén esperando. La agarro por la cintura y ella se deja, se abandona. La beso en el hombro y sigo hasta su cuello. Le gusta. Se ha abandonado del todo y ha cerrado los ojos, aunque no puedo verlo desde detrás de ella, pero lo noto. De repente se gira y nos besamos. Nos fundimos en una batalla de lenguas y labios sin vencidos, sólo vencedores, porque ambos ganamos. Nos ganamos un poquito del otro en cada contacto, en cada roce, en cada caricia. Ella ya está totalmente abandonada al descontrol que se crece ante nosotros y se lanza a tientas a desabrocharme la camisa. La freno. Todavía no pequeña, espera. Consigo mantener el control a duras penas y la levanto por las caderas para poder llevarla en alto a la habitación. Nos esperan los pétalos de rosas rojas que he preparado sobre las sábanas de seda y medio centenar de velas que llevan encendidas desde hace un buen rato. Ella se sorprende más aún si cabe. Jamás se podría haber imaginado un escenario igual y me dice que no hacía falta todo eso. Si que hace falta; eso y más, por ti cualquier cosa. Y vuelve a besarme con más pasión que antes.

»La dejo suavemente en la cama y me mira tratando de averiguar que voy a hacer a continuación. Tranquila pequeña, déjame hacer a mí. No tengo experiencia y ella lo sabe, pero me deja hacer. Se siente como la primera vez, con la diferencia de que ahora sabe disfrutar el momento. Me siento a su lado en la cama y empiezo a acariciarla por debajo de la camiseta sin dejar de besarla ni un momento. Le gusta y no va a resistirse. Poco a poco le quito la camiseta y ella se ríe porque se le atasca un poco para salir. Es preciosa, aunque no se lo digan a menudo. Tiene ese no sé qué que la hace especial, aunque ella se crea del montón. Pero a mí me gusta más que ninguna. La pongo boca abajo para poder soltar cómodamente el sujetador, mientras beso su cuello. Recorro toda su columna con mi lengua y siento como empieza a estremecerse. Bajo la cremallera de su falda y la deslizo lentamente hacia sus pies, pero antes de quitársela del todo prefiero sacarle los zapatos. Vuelvo a darle la vuelta en la cama. Libres de ataduras empiezo a besarle los dedos de los pies mientras mi perilla le hace cosquillas suavemente. Me mira atentamente y sé que quiere que la vuelva a besar. Ya voy, cariño, pero deja que me tome mi tiempo. La beso otra vez en los labios. Bajo por su cuello, por su clavícula. Le retiro el sujetador para poder ver por fin sus pechos, firmes, hermosos, excitados, expectantes ante mi próximo acto. Los beso, los chupo, los lamo. Hago un amago de mordisquearlos con extremo cuidado; no soy Hanibal Leckter ni quiero serlo. Sólo quiero que disfrute, que goce, como si fuera su última noche en la tierra. Y la mía.

»Ella está disfrutando, se nota, y me pide que siga adelante, que no pare. Claro que no pararé, aún no. Sigo besando su estómago hasta llegar a su ombligo, el símbolo de que todos somos sexo al fin y al cabo, y que sin sexo ni seríamos ni estaríamos juntos ahora mismo ella y yo. Sigo bajando por su pubis. Lleva un culotte precioso. Da pena quitárselo, pero no queda otro remedio para seguir adelante. Arquea un poco su cuerpo para facilitarme la tarea, pero antes prefiero quitarme la camisa. Hace calor, aunque no es la temperatura exterior la que lo denota. Ella también tiene calor, cada vez más. Sigo con la tarea de retirarle el culotte y obtengo la mejor visión que un hombre puede desear ver. Nueve mese para salir y toda una vida queriendo volver a entrar una y otra vez. Bromea diciendo que de haberlo sabido se habría depilado. Da igual, eres perfecta. Se incorpora de repente y me vuelve a besar. Se deja caer de nuevo para dejarme hacer, mientras aparta sus piernas para que pueda ver en todo su esplendor la flor de su secreto, mi pedazo del cielo en la tierra. Esto le está gustando mucho, se nota por el brillo de sus ojos y la humedad de su entrepierna. Empiezo a besar el interior de sus muslos y siento como ella empieza a jadear levemente, como un leve susurro de su respiración que se hace un poco más fuerte. A medida que me acerco a su centro de gravedad su respiración se va entrecortando más y más, hasta que mi lengua alcanza el punto exacto y se estremece. El hidromiel debe saber así, seguro. Empiezo a usar también mis labios mientras veo como se muerde los suyos para no lanzar un grito de placer. Le gusta. Y empieza a estremecerse más y más violentamente, gimiendo, intentando luchar contra el impulso de gritar, pero el instinto es tan grande que al final grita en mitad de una orgía de éxtasis ilimitado. Me grita que siga, que no pare. Y yo sigo, porque quiero que goce, porque quiero que ella recuerde este momento tanto como yo. Y sigo hasta que ella explota en un orgasmo incontenible. Me mira con cara de niña traviesa y me dice que se alegra de ser ella la primera y que no entiende por qué no lo había hecho antes hasta entonces.

»Me vuelve a besar sin importarle nada y me dice que dé el siguiente paso. Empiezo a quitarme lentamente los pantalones y los bóxers. Me dice que se nota que a mí también me estaba gustando lo que hacía y tiene razón. Cojo uno de los condones que tenía preparados y me lo pongo. Qué momento más tenso, la verdad. Al fin estoy dispuesto y ella me dice que adelante, que no me lo piense más. Y allá voy. He muerto y estoy en el cielo. O al menos he entrado en él momentáneamente, un momento que parece eterno, un momento en el que se detiene el tiempo para los dos. Sigo entrando y saliendo en ese ritmo que se sincroniza con nuestros jadeos, con nuestros gemidos, con los latidos de nuestros corazones. Voy despacio, tranquilo, no tengo prisa, quiero que lleguemos juntos. La sigo besando mientras nuestros cuerpos se funden más y más en uno solo. De repente ella me abraza y me dice que me ponga de espaldas. Le hago caso y ella empieza a cabalgarme cada vez un poco más deprisa. Creo que voy a perder el control, que no voy a aguantar. Me incorporo y la vuelvo a besar, a besar sus pechos, mientras ella sigue en su baile de placer sobre mi cuerpo. Acelera. Nuestros latidos se aceleran, nuestros jadeos se aceleran. El ritmo es cada vez más rápido y ya no soy capaz de controlarlo. Y explotamos en un Big Bang de placer descomunal.

»Ella se tumba sobre mí y me besa mientras acaricio su pelo. Se echa a un lado y apoya su cabeza en mi hombro mientras le susurro que la quiero y que no quiero que esa noche acabe nunca. Ella me besa el pecho y la abrazo con más fuerza que nunca para que el tiempo no se la lleve de mi lado. Se ha quedado dormida y es como un pequeño ángel que Dios ha mandado para hacer hermosa mi vida. Y yo también me duermo.

»A la mañana siguiente me levanto antes que ella para preparar el desayuno y una rosa para llevarle a la cama. Aún duerme, sin embargo es un sueño tan ligero que al entrar sigilosamente en la habitación se despierta y me mira dulcemente. La vuelvo a besar y le pregunto que tal está. Ella me responde que cansada y enamorada. Le digo que entonces de repetir lo de anoche ni hablamos y ella, mientras me desata el albornoz, me responde: "¿Tú qué crees?"»


Como siempre he dicho, se aceptan toda clase de críticas.

P.D.: Lo que llega a escribir uno cuando la inspiración le vuelve... Por cierto, que empiezo a plantearme seriamente lo de la novela erótica...

5 jun 2008

Ese señor mayor con gafas...

Hace ya algún tiempo comentaba que madre no hay más que una; otra cosa son los padres, porque hijos de mil padres habrán mientras el mundo sea mundo. De todas formas trataré el caso general. Un padre es un señor generalmente mayor; también los hay jóvenes, pero, en todo caso, ha de ser mayor que los hijos, sino se le llama padrastro y la cosa suele acabar con braguetazo a lo Dinio con Marujita Díaz. Tampoco es muy normal que la diferencia entre padre e hijo sea de menos de diez años, eso es ser precoz y lo demás son tonterías...

Como decía un padre es un señor habitualmente mayor. Y como mayor que es la edad ya empieza a notarse. Usa gafas, porque ya no se ve como cuando era un chaval como tú. Normalmente son gafas de pasta de esas marrones de varios colores a la vez, que parecen de camuflaje en el desierto pero no; y si no son de pasta son metálicas pero casi inapreciables, para que la gente aún crea que no usan gafas aunque los cristales se ven a kilómetros. Además ya anda escaso de pelo y este ya tiende a ser blanco (salvo que su caso sea como el mío y empiece a criar canas en abundancia antes de los 30). Le suele doler la espalda y cuando se levanta y se sienta hace ruido, mucho ruido; son unos sonidos bastante típicos, que con el paso del tiempo se ven acompañados de expresiones del tipo cagontóloquesemenea. En su mayoría son señores que trabajan o, si tienen suerte, son jefes. Los que trabajan lo hacen mucho y vuelven a casa cansados y con mala leche porque su jefe tiene menos experiencia que él y no conoce su trabajo tanto como él en los taitantos años que lleva en la empresa. Y si son jefes se quejan de que el gobierno les cruje y que sus empleados les estafan. Como son mayores ya se tienen que cuidar un poco y de vez en cuando hacen dieta, no por ellos, sino por las madres que los obligan. Y se acostumbran a ir al médico a por pastillas que jamás habían pensado tomar antes, para la tensión, para el corazón, para la erección...

Pero expliquemos el caso de mi padre. Mi padre es un señor mayor, bastante mayor. Como muchos señores mayores es, digamos, conservador, con lo que cada quince días tenemos broncas por motivos políticos. Ya es abuelo por lo que ya se puede decir con total propiedad que es mayor. Es exactamente 61 años de mayor lo cual se va notando: lleva gafas desde que me alcanza la memoria y más allá, cada cierto tiempo mi madre lo pone a dieta, toma pastillas para la tensión, se abstiene de tomar sal y tiene achaques lumbares. Las cuestiones sexuales prefiero no conocerlas... La cuestión está en que él, como muchos otros de su generación, lleva trabajando, casi ininterrumpidamente, más de cuarenta años y ha decidido que ya está bien y que quiere disfrutar de la vida.

Ya se lo iba mereciendo, señor Manolo.