13 feb 2008

Amar sin ser amado...

Dado que hoy es San Corte Inglés, digo, San Valentín, y que esto del amor siempre es, cuanto menos, complicado, hay que saber a que atenerse cuando se celebran festividades tan sumamente aciagas como ésta. Aciagas, sí, he dicho bien, porque el amor es muy bonito, y tierno, y hermoso, y la leche en polvo (nunca mejor dicho si hay mucho amor, o sólo sexo que pa'l caso...), pero se las trae. Está claro que celebrar el día de los enamorados es un invento de los Americanos importado a estas nuestras tierras hispánicas por los altos cargos de las multinacionales del comercio de perfumes y joyas, así como por los centros comerciales. Y es que si para algo sirve San Valentín es, fundamentalmente, para gastar.

Pero, ¿cuánto gastar? Esto es un problema, principalmente para los hombres, poco dados en general a regalar por regalar. Si compras un perfume ten por supuesto que será tu última cita, pedazo de burro bípedo e isensible; a una amada no ha de regalársele nunca nada perecedero o, en su defecto, que se pueda agotar. Quizás un jamón pueda pasar como buen regalo, pero sólo si colgando de la pezuña aparece una pulsera de diamantes. Las joyas son el regalo perfecto, pero no están al alcance de cualquiera, sobre todo según que joyas. Y si la amas de verdad nada menos que un zafiro, por supuesto. Claro que hay regalos hechos con el corazón y no con el bolsillo, como ese disco de canciones románticas que habéis compartido a lo largo de vuestro romance, pero aunque parezca un regalo resultón, por desgracia resulta escasillo y ha de acompañarse por algo.

Por supuesto todo esto ha de acompañarse de una cena acorde a la celebración. Nada de McDonalds ni hamburguesería habitual; descartados quedan también turcos e italianos a los que irías con tus coleguitas de farras, y ni que decir de tasca cutre de almuerzo en jornada laboral. Si la quieres de verdad ráscate el bolsillo y nada por menos de 25 € el cubierto. Y un buen vino para acompañar que la CocaCola no emborracha pero no vale para la ocasión.

Y después de cenar un paseito romántico. Vale, mediados de febrero no es la mejor época del año para dar una larga caminata nocturna, pero si queréis demostrar vuestro amor no os importará dejarle vuestra chaqueta y pasaros después cuatro días en cama con una gripe de caballo. Y nada de querer llevarla a la cama a las primeras de cambio. Esa noche es de los enamorados, AMOR, AMOUR, LOVE no SEXO. Sólo habrá cama en el caso de que ella sea la que así lo quiera, bueno, como siempre.

Y os preguntaréis por algunas de las cosas que he hecho yo por amor. Pues sobre todo tonterías, vamos cosas que todos los enamorados hacen por lo menos una vez en la vida. Lo de empezar a escribir fue por amor. A ver no quiero decir que escriba siempre por amor, sólo que descubrí que sabía juntar varias palabras y darles algún sentido cuando le dediqué un cuento a una amada; lástima que no sirviera de nada. También suspendí un examen por amor, bueno, más bien lo suspendí por no estudiar, pero no estudié por amor, y por gilipollas también, porque no decirlo.

Y por amor estoy escribiendo esto. Bueno, como diría Roxette "no sé si es amor, pero puede ser". Y como decía en la entrada anterior seguro que ella sabe quien es y es la primera vez que estoy preparado para decirle que me gusta y que me gustaría saber muchas más cosas de ella. ¿Y tú?

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