6 may 2008

Regalos

Como decía en la entrada anterior,mañana cumplo 27 años. Denótese mi enorme alegría por el hecho (yuju). Lo cierto es que nunca he sido de celebrarlo mucho, es más, creo que sólo lo he celebrado tres veces en toda mi vida. La primera que recuerdo fue a los cuatro años y acabé castigado, sin poder jugar con los indios y vaqueros de plástico que me habían regalado, porque no me gustaba la tarta que mi madre había hecho rellena de mermelada y monté un pequeño pollo del quince. Es curioso ver como con los años es posible recordar con tanta exactitud detalles de hace más de veinte años. Desde entonces tuve que esperar hasta los ocho años para la siguiente, y porque coincidió con el día de mi comunión, por lo tanto no fue un cumpleaños al uso. Del último que celebré recuerdo poco y eso que es el que más reciente tengo. Fue un botellón en el campo de fútbol, así que para que decir más. Mucho alcohol y poco sexo. Bueno, como siempre.

La cosa está en que como apenas he tenido fiestas de cumpleaños, apenas me han hecho regalos hasta ahora. Eso sí, cuando llegaban los Reyes magos era el crío más feliz del mundo, porque cualquier regalo me llegaba al alma. Y es que siempre me he conformado con poco, la verdad. Uno de los regalos que más ilusión me hizo de pequeño fue un trailer de juguete con tres coches. Y me lo pasaba teta subiendo y bajando los coches del trailer. Claro que con el tiempo uno va cambiando sus objetivos, así que ahora ya voy teniendo más claro lo que quiero que me regalen:

  • Una prueba de la existencia de Dios, del modo que sea. Y mira que tiene muchas formas de demostrarse. No sé, consiguiendo que el Elche ascienda al final esta temporada, sería una buena prueba, por ejemplo. También podría aparecer Bush diciendo al mundo que todo era una broma que se le fue de las manos y que no sabía como pararla, y que lo decía ahora porque, total, pa lo que le queda en el convento; si todo el mundo lo iba a entender, bueno, menos algún que otro irakí. Pero para no ponérselo tan complicado lo dejaré en que me haga algún favorcillo.

  • Un trabajo digno y bien remunerado. Dicho así podría entrar dentro de la demostración de la existencia de Dios, pero depende más de algún ser humano, de los más de 30 que tienen mi currículum en sus manos, el que lo encuentre. Eso o que en la próxima Campus party todos los técnicos de ordenadores que vayan caigan enfermos por un grave virus de origen desconocido, que se pasará a llamar "virus emule", pues sólo afectará a ordenadores, técnicos y algún que otro asno.

  • La desaparición de las parrillas televisivas de cualquier rastro de programa del corazón, aunque esto sería una prueba más que evidente de la existencia de Dios.

  • Un poquito de inspiración, que últimamente tengo a la musa mano sobre mano y no hay forma de que se ponga a dar el callo. Y me ha dejado plantado con un par de proyectos recién comenzados que no encuentro la manera de acabar de darles forma.

  • Un beso plantado en los morros con lengua, magreo y, si es necesario, bombona de oxígeno para después. Que no creo yo que sea tanto pedir, todo sea dicho. Pero está claro que a este paso nadie me va a decir si beso bien o no...

Así que Manu, siento con toda el alma tener que decirte que este año tampoco espero lo de la colecta, pero si yo no me entero de que la habéis hecho nunca se sabe que puede pasar. Y si me entero siempre me puedo hacer el loco...

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