11 dic 2007

De animalicos, verduricas y "tontos l'haba" en casas de cristal

Ésta sea quizás una de las dudas que más me corroe sobre mis congéneres bípedos y es que jamás comprenderé como puede el ser humano tener tal capacidad para tragar con cualquier mierda que le echen, sea del tipo que sea. La cultura basura está a la orden del día, y cuanto menos se tenga que pensar o esforzarse por uno mismo, mejor. De la comida basura ya hablaré en otro momento. Hoy le toca a la telebasura.

Determinar el momento en que empezó a aflorar este genero es complicado, principalmente porque no existe un canon preestablecido para identificar este tipo de programas. Un programa de debate no tendría porque ser considerado telebasura, sin embargo, según el contenido del mismo, el nivel de los contertulios y la neutralidad (o su falta mejor dicho, en asuntos de todo tipo) pueden convertirlo en el peor detrito de la pantalla. Del mismo modo no todos los programas que tratan los asuntos de la prensa del corazón son telebasura, porque dependiendo del enfoque del tema y de la forma de tratar al personaje objeto de la noticia, algunos superan con creces a muchos informativos que se ven por ahí. Por desgracia son pocas excepciones. También hay muchos que, aunque comenzaron siendo grandes ideas en la teoría, al cabo de poco tiempo sucumbieron al lado oscuro de la Fuerza... de la Audiencia. Al fin y al cabo "Crónicas Marcianas" comenzó siendo una magnífica idea, pero sus bondades duraron dos semanas. Y es que está claro que en la televisión que nos toca soportar el negocio es lo que importa y el que quiera cultura que apague el televisor y coja un libro, aunque también existe la literatura basura y ésta aún cuesta más de identificar.

La característica fundamental de la telebasura es, como dice un amigo mío, que entretiene y no engorda. Lo primero es cuanto menos cuestionable, lo segundo bastante inexacto, porque si bien habrá consumidores habituales del género que no dudarán en suministrarse su dosis sobre una cinta de caminar o una bicicleta estática, la inmensa mayoría lo hacen comadamente sentados. La cuestión es que cale en el espectador la necesidad de no plantearse que lo que ve no le reportará ningún beneficio y si una diversión, por decirlo de algún modo, efímera e insustancial. Al ser humano no le gusta preocuparse y si puede pasar 30, 40 o 50 minutos desconectado de la vida que le rodea pues mejor. Y si en vez de tan corto lapso puede ser todo el día mejor aún, porque así no nos preocuparemos de lo que realmente importa y otros opinarán por nosotros, y así nos evitaremos pensar. El resultado es una programación, en el global de los canales nacionales y la mayoría de los autonómicos, de la que podemos salvar escasos programas de factura propia. Personalmente, Telecinco y Antena 3 sólo tienen hueco en mi zapping para algunas series. Con Cuatro me pasa algo muy parecido, así como con la Primera. Caso aparte merecen La 2 y La Sexta, pero, como ya decía el anuncio, La 2 es "para una inmensa minoría" y La sexta está empezando.
Lo grave llega cuando la gente insiste en negar la evidencia. Ante las encuestas siempre decimos lo mismo: "¿Yo? ¿Qué veo en la tele? Nada. Apenas la enciendo. Si acaso para ver los documentales de La 2". Personalmente creo que los encuestadores por dentro deben estar descojonándose de la risa cuando reciben respuestas como estas de señoras saliendo del bingo; o como aquellos que dicen que sólo ven las noticias. Y luego no nos sorprendemos cuando "Aquí hay tomate" tiene los más altos índices de audiencia. Se decía en el blog del Descodificador que el estiércol es la base del tomate. Eso pasa ya sea de invernadero o catódico.

El problema es que no es único y exclusivo del tomate y otros muchos se nutren de la misma base. Telecinco de momento es la reina en este desolador aspecto, y no hay más que ver sus antecedentes y su programación habitual para darse cuenta. "Aquí hay tomate" es la evolución de lo que en su día fue "¿Qué me dices?", salvo que éste aún tenía algo de gracia por ser la novedad en su día. "El Ventilador" es hijo de "TNT", como éste lo fue de "Crónicas Marcianas" y éste a su vez de "Esta noche cruzamos el Mississipi". Aunque el programa de Pepe Navarro difiera del contenido general de "El Ventilador", hay que ir viendo la evolución a través de los pasos intermedios. recordemos que "Crónicas Marcianas", en sus inicios, se parecía muchísimo a su predecesor, pero con el paso del tiempo se dejó caer por la pendiente con degeneraría en "TNT". Por no hablar de "La Noria" y similares. En Antena 3 pasa algo similar en las tardes, con el remate de la noche del viernes, casualmente con los mismos protagonistas dirigiendo la nave. Dice un cuñado mío que la culpa la tienen la cantidad de periodistas que hay en paro en la actualidad; generaciones de estudiantes de periodismo que comenzaron la carrera con el prestigio que le había otorgado gente como Hermida y compañía. Demasiados titulados para pocos puestos de trabajo, más o menos como los telecos, y demasiada gente dispuesta a hacer cualquier cosa por una nómina. Como los telecos.

Mención aparte merece la llamada "telerrealidad". Al principio lo del "experimento sociológico" podía tener su gracia, pero en la segunda temporada ya dejó de tener sentido esa excusa. Tanto para "Gran Hermano" como para todos los programas surgidos a su sombra: "El Bus", "Confianza ciega", "Libertad vigilada", "Supervivientes" (aunque aquí tengan que sufrir para ganar), las versiones para famosos y los realities temáticos, bien sean de cantantes, actores (con tan nefastos resultados) o modelos. La cuestión fundamental es poder ver la vida de los demás, ignorando el interés que puede tener la nuestra propia. Aunque también puede ser que nuestra vida sea tan poco interesante que merezca más la pena vivir la de otros.

La cuestión está en los programas que han salido a la sombra de estos y como contrapartida humorística de tanta porquería televisiva. ¿Cómo consideramos a estos programas? ¿Son también telebasura, ya que se alimentan de la misma mierda? ¿O son recicladores, ya que la limpian y le dan un formato más atractivo y digerible? Hablo fundamentalmente de "Sé lo que hicisteis...", que le han dado un nuevo sentido a la prensa del corazón, demostrando lo profesionales que pueden llegar a ser los que se encargan de dichos menesteres. Y a pesar de nutrirse de la misma mierda no me imagino yo a Ángel Martín diciendo "¡Qué fuerteeeeeeeee!", como un Jorge Javier cualquiera. Ni a Paricia Conde saltándosele la vena. Ni a Miki Nadal de... bueno, a Miki uno se lo imagina casi en cualquier situación, para que vamos a engañarnos. Y a Pilar Rubio uno le gustaría imaginársela en muchíiiiiiisimas situaciones, pero me da vértigo sólo de pensarlo.

AY, que rica! ... la manzana, claro está.

Está claro que este programa sigue siendo del corazón, pero desde un punto de vista totalmente distinto al habitual. Bueno, más bien es un zapping de programas del corazón con unos comentaristas mordaces, especialmente Ángel Martín. Patricia Conde borda su papel de rubia tonta-psicópata esquizoide en una interpretación que jamás le habría supuesto. Su gran mérito ha sido el de enganchar a un grupo de gente que, como yo, prefería ignorar las noticias del corazón. Y con un programa diario, que no es tarea fácil. Esperemos que no cambien, y si lo hacen que sea a mejor, si es que se puede.

En definitiva, si queremos erradicar la telebasura primero tendremos que acabar con el "espectador-basura" que decide sistemáticamente seguir los citados programas. Ya que no podemos obligar por ley a que se eliminen esos programas, pues se atentaría contra la libertad de prensa, culturicemos al espectador medio para que elija ver cualquier otra cosa en la tele. Claro que siempre quedarán algún irreductible grupo de ultras que querrá seguir viendo basura, pero entonces a las cadenas no les quedará más remedio que hacer caso a las audiencias... o no.

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