6 abr 2008

Autoayudadme...

¿Nunca habéis tenido la sensación de que necesitáis mandarlo todo a la mierda? Sí, ya sabéis, esa sensación de que todo os da igual, y que ya se te puede caer encima el retrete de la MIR que no te hará cambiar de opinión. Y es que la cosa está en que nada acaba de ir como yo esperaba. Bueno tampoco es que eso sea una novedad, para que nos vamos a engañar.

A tal punto llega la cosa que empiezo a plantearme la literatura de autoayuda. Curioso concepto el de "literatura de autoayuda", porque si te lees un libro para "autoayudarte" dejas de "autoayudarte" para dejar que te ayude el libro, pero entonces la paradoja se produce porque tú te has ayudado comprando el libro que después te ayudará a ti, con lo que se demuestra la simbiosis que llega a existir con los libros pero desde un punto de vista diferente. Y se nota que no estoy bien, porque de estarlo ni siquiera me hubiera planteado decir soberana tontería sobre los libros de autoayuda.

Aunque bien visto, hay ciertos aspectos sobre estos libros que los hacen cuanto menos curiosos. Para empezar lo que más destaca de estos libros son sus títulos, que son algo, como decirlo, rimbombantes. Por ejemplo Sopa de pollo para el alma, que uno lee el título y piensa "Anda, Arzak ha sacado la receta casera del Prozac", pero no. Que más bien podría llamarse Pastel meloso para el alma porque resulta bastante empalagoso, la verdad. U otro título no menos destacable como es ¿Quién se ha llevado mi queso? que no trata de las vicisitudes de Jerry pasando hambre mientras Tom le persigue, sino de la busqueda del Queso interior. A mí no me miréis que yo no lo he escrito.

Luego los hay con títulos menos elaborados pero no menos extraños. Por ejemplo Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, que digo yo, ¿y no te bastaba un folio para escribir siete líneas y ya está, que te has tirado el tiempo para escribir un tocho? Que yo resumí a Aristóteles en una cara de un folio para un examen en COU y saque un 8,5, y mira que el discípulo de Platón era denso. O ese que se llama Como ganar amigos e influir sobre las personas. Vamos a ver mangurrían, si te dedicas a influír en las personas, no sé porque, pero me da la impresión de que al final no tendrás muchos amigos, ¿no? O como mínimo, muchas personas que confíen en ti no vas a tener, porque el ser humano, aunque tonto por naturaleza, se deja mangonear poco si se da cuenta. Claro, que eso tampoco pasa muy a menudo.

De todos modos, creo que aún me queda algún motivo para no echarme al vicio de leer esos libros. Aunque hay uno que el título lo hace interesante: El éxito no llega por casualidad. Seguro que éste es de la Obregón...

1 comentario:

Anchiano dijo...

Ningún libro te va a decir que hacer con tu vida. Yo, sinceramente, creo que no hay mucha diferencia entre este tipo de literatura y la "Butterfly pillow".

Es más, estoy seguro de que sabes perfectamente lo que te pasa y como solucionarlo, solo hay que ponerse a ello (lo digo por experiencia, vaya). Estos libros lo unico que pueden conseguir es hacerte perder el tiempo y retrasarte en encontrar la solución a tus problemas.

Creo que es una moda estúpida que hemos importado de los yuesei. Tenía una amiga que leía libros de autoayuda y a veces me contaba de que iban. Había uno en que Dios era un motero, con harley y todo y ayudaba a la chica a superar un fracaso sentimental, con proverbios y sandeces. Para mear y no echar gota. Además, luego con el tiempo me dí cuenta de que mi "amiga" era una hija de puta. Leía esos libros para que oír lo que queria oír, cual espejito de la bruja de blancanieves.
Un saludo.