26 may 2008

Hay quien aún no ha pillado el chiste...

Ayer domingo 25 de mayo se celebraba el Día del Orgullo Friky, aunque la mayoría tuvimos nuestra dosis la noche del sábado con el festival de Eurovisión. Y es que el sábado hubieron de todos los colores y formas sobre el escenario del Belgrado Arena. Para comenzar diré que este año el festival fue más de lo mismo. Llevaba cuatro años sin verlo pero poco ha cambiado desde entonces. Cuanta menos ropa, más votos; si te quitas ropa durante la actuación, más votos; si montas un espectáculo durante la actuación, más votos; y si eres balcánico, báltico, escandinavo o del este, más votos aún. Está claro que ya que lo importante no es la calidad musical de la actuación, habrá que mostrar chicha para ver si se gana. Y varios países lo tuvieron muy en cuenta como Ucrania (parecíamos lobos en celo cuando apareció la moza), aunque en esta ocasión no ganó como en el 2004 con Ruslana enseñando chicha...

Al final el ganador fue un mozalbete ruso de pecho pelado y bastante amanerado que, acompañado por el campeón olímpico de patinaje sobre hielo (no menos amanerado él) ofrecieron una actuación bastante peculiar que comenzó con el cantante tirado por los suelos. He de reconocer que mi canción preferida fue la danesa, que en un concurso con voto por jurado en vez de voto telefónico hubiese ganado de calle. Porque lo del voto telefónico está comprobado que es un tongazo del quince. Para empezar hay que ver quien se llevo los 12 puntos de España, o a quien se los dio Andorra (más que esperables), o Alemania (A Turquía como siempre), o Montenegro, que celebró su independencia entregándolos a sus hermanos serbios. Uribarri sólo falló en el pronóstico de un país, Adzerbaijan, o como leches se escriba (que no está muy claro), cuando pensaba que los 12 se los daría a Armenia y al final se los dio a Turquía. Como bien dijo Chiquilicuatre cuando lo entrevistaron al final de la gala "el resultado se sabía desde antes de ayer". Y en ese marco de previsibilidad algunos países decidieron partirse la caja con sus respectivos representantes.

España fue el ejemplo más claro, aunque hay que reconocer que no el único. El principal problema fue que no se vio suelto a Rodolfo en el escenario. Le faltó algo de pegada y no pudo rematar la faena. Tampoco ayudó mucho que la careta de presentación que nos pusieron los serbios fuese un señor toreando, pero a estas alturas uno se tendría que haber acostumbrado a que la gente se tome los tópicos al pie de la letra. Por otra parte destacable fue la bajada de pantalones de Uribarri con su presencia finalmente en los comentarios del festival después del cabreo cuando resultó elegida la canción. Por lo menos él, al final, entendió el chiste, cosa que de otros no se puede decir lo mismo. En este grupo se enmarca gente como J.M. Íñigo o Juan Adriansens, que después de la gala despotricaban contra Rodolfo, mientras que gente que está un poco más metida en el mundo de la música, como Toni Aguilar o Fernandisco, recordaban en los últimos años pocos han tenido difusión después de Eurovisión. En algunos casos, incluso, significó la defunción musical de los representantes. ¿O es que alguien se acuerda de Anabel Conde, a pesar de que quedó segunda en su edición? ¿O del triunfito Ramón que quedó décimo? ¿O Lydia, que se las prometía muy felices y no se ha vuelto a saber de ella desde que apareció vestida de Aghatha Ruíz de la Prada? Pero, lo dicho, todavía hay quien se lo toma en serio.

Como los británicos, que se plantean participar el año que viene ya que quedaron últimos de nuevo con una actuación bastante respetable. De no participar el año que viene podría ser un caos ya que junto con TVE son de los que más invierten en el mantenimiento de la plataforma de televisiones europeas. Francia por su parte, viendo de que iba a ir la cosa, envió a una mezcla entre Eugenio y el cantante de los Bee Gees que casi hizo sombra al propio Rodolfo. Por no hablar de los bosnios, a los que, por desgracia, no les dejaron soltar la gallina en medio del escenario como tenían preparado. Pero lo mejor está por venir: la mayoría de países van a adoptar el sistema de elección de representantes español mediante internet. El año que viene puede ser de órdago.

Claro que peores fueron los que yendo de serios se pegaron el ostión, como los propios británicos, alemanes y polacos. Y otros que aunque con mejor resultado consiguieron dar la nota como los piratas letones. De todos modos tengo claro que alguien tenía que haber llamado a Buffy:

Para quien no sea capaz de distinguirlas la de arriba es la sueca; la de abajo es la vampira pija...

Lo dicho, aún hay quien no ha pillado el chiste de Eurovisión...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bru, menos posts y más proyecto, que es hora de ir terminándolo...