18 nov 2008

Yo, yo mismo y un señor calvo que pasaba por allí...

- Creo que últimamente estoy viendo demasiado porno.
- Voy a decirte algo muy clarito: nunca se tiene demasiada pasta ni se ve demasiado porno.
- Lo que tu digas, pero me parece que veo demasiado.
- ¿Y qué preferirías ver? ¿Star Trek entero?
- Pues preferiría imaginarme que estoy en el puente del Enterprise. Por lo menos sería menos peligroso.
- ¿Peligroso? Si el porno no hace daño a nadie, es más, a algunos el porno les ha devuelto parte de su vida, y si no recuerda al marido de Lorena Bobbit.
- Pero eso es un caso aislado. Y la verdad, empiezo a estar un poco cansado de imaginarme que toda situación en la que estoy va a acabar en plan orgía macrosexual como si la filmaran los hermanos Lapiedra.
- Eso es que tienes demasiada imaginación, hombre.
- ¿Demasiada imaginación? Pero si el otro día en la sala de espera del urólogo me dio por imaginar que iba a atenderme Natalia Z con un súper escote de infarto, de esos que te dejan ver a través hasta las uñas de los pies, y de enfermera becaria iba a estar Zuleidy dispuesta a todo. Imagina que hubiera entrado con un erección de caballo y el médico me manda bajarme los pantalones en ese estado...
- Hubiera sido divertidísimo...
- Salvo por el hecho de que ni el médico ni la enfermera lo merecían.
- Hombre, llevas parte de razón, pero a lo mejor el médico se hubiera convencido de que tu problema es real y te hubiese puesto en prioridad 1 y no en 2.
- Visto así hubiese venido bien...
- Y además, ¿tú le has preguntado si él quiere pasar por eso?
- No sé que tengo que preguntarle a él, al fin y al cabo no debería tener opinión en esto.
- Los cojones que no debería tener opinión.
- Tú te callas, que llevas veinte años tocando las narices y ya va siendo hora de ponerte en tu sitio...
- Lo que vas es a mutilarme, maldito cabrón explotador. Yo que siempre he estado a tu lado, en lo bueno y en lo malo, dispuesto a darte una alegría cuando más lo necesitabas...
- Ya te decía que tenías que haberle consultado, que como se decida a tomar represalias...
- Cómo no va a tomar represalias si tú le incitas, mamonazo. Que sé que estáis compinchados para joderme la existencia desde los catorce años...
- Pero reconoce que lo hacíamos por tu bien, que C estaba muy buena...
- Pero casi me traumatizasteis la adolescencia con tanta hormona desatada y el capullo este todas las mañanas despierto antes que yo...
- (sob) Con los buenos ratos que hemos pasado juntos y ahora me desprecias y me mutilas... (sob)
- Que no hombre, no te pongas así. Que lo hago por tu bien, que luego te duele y te quejas.
- Si claro, ahora con esas... ya no seré el mismo...
- A ver, hombre, ¿la princesa Leticia ha dejado de ser ella por operarse la nariz? No, pues contigo pasará lo mismo.
- Ya, pero yo no salgo en las portadas de las revistas del corazón como ella. Por no salir es que ni me sacas nunca a pasear...
- Bueno, en eso podemos llegar a un acuerdo. Después de la intervención prometo que te sacaré alguna vez por ahí.
- Ja. Y yo voy y me lo creo...
- Lo que hay que oír. Esto me pasa por dejarme la medicación. Le preguntaré a ese elefante verde si ha visto mi litio...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

litio m lo tienes q devolver eee! ja

Edito-e dijo...

Ay madre...sé que leer tu blog será un dolor, pero aún así lo haré...contradicción? besos

Marisabidilla dijo...

Nada, tú ni caso con ese señor. Vale que el hombre te ha dado alegrías pero no tiene que manejar tu vida.
Yo voto porque le hagas caso al elefante de verde que tiene fama de ser un animal de lo más inteligente y sensato.

Sombra de Luna dijo...

Me ha gustado y me he reido mucho con lo de la sala de espera del urologo y la aparicion en escena de Natalia Z jaja.
Un besazo

Sombra de Luna dijo...

a jaja...no se quien es Natalia Z, a decir verdad...pero bueno, puedo imaginarmelo...un beso!